Empleo

José María Díaz Castellanos

El trabajo” se menciona con Adán y Eva en los comienzos de la Biblia: “Con el sudor de tu frente comerás el pan”. (Génesis 3:19). En un principio el trabajo fue agrícola para obtener su sustento (Génesis 5:1). Deberá entenderse que esta orden es para hombre y mujer “Dios y hembra los creo”. (Génesis 5: 1). La humanidad incluye al hombre y a la mujer comenzando con Adán y Eva. El noveno mandamiento dado a Moisés se refiere al trabajo: “seis días trabajarás y harás toda tu obra más el séptimo es de reposo porque en seis días hizo Yahveh los cielos y la tierra el mar y todas las cosas y reposó en el séptimo día. (Los 10 mandamientos). Ver éxodo 20: 2-17 y Deuteronomio 5: 6-21.
Hay empleo y desempleo, por este último se entiende, desocupación o falta de trabajo estable. Hace referencia al que carece de empleo y por lo tanto de un salario

Para que exista el “desempleo” se necesita que la persona desempleada desee trabajar y que acepte los salarios que se están pagando en un momento determinado. Hoy el empleo se considera que deben incluirse como una política pública, orientado a dinamizar la economía por medio de la competencia. “Milei” habla de que eso de conseguir empleo dejémoselo a la “libre contratación” que no debe estar sujeto a las regulaciones del gobierno como por ejemplo el salario mínimo.

Hay “economía formal e informal”. Nosotros los abogados recomendamos que se declaren o constituyan como comerciantes y se registren en los registros de comerciantes individuales o sociales debiendo pagar los respectivos impuestos al gobierno de la Republica a través de la SAR. Sin embargo, hay otros del sector informal que ofrecen en la calle bienes y servicios quejándose los comerciantes establecidos que estos no pagan impuestos ni tienen establecimientos abiertos al público convirtiéndose en “competencia desleal”. Otros dirían los legales y los ilegales. El argumento de los ilegales es que no se les puede quitar el pan que ganan para sus hijos. Ejemplo de esto es la venta de pólvora en navidad donde la mayoría de las municipalidades lo permiten no así Tegucigalpa y San Pedro Sula con el argumento de los “niños quemados”.

Ante tanta necesidad han nacido los “emprendedores”, las mayorías jóvenes que tienen ingresos producto de la venta de los bienes o servicios que producen y no de un sueldo o salario.

La ley de policía de 1906 (derogada), decía que el que no trabajara era un vago. La verdad qué la historia de la humanidad no era un problema para los estados nacientes y que nunca hubo una producción de bienes o servicios en masa ni siguiera existía el concepto de “Empresa”. El descubrimiento del desempleo tuvo lugar a finales del siglo XIX y principios del XX. Se formaron comisiones permanentes en la Cámara de los Comunes Británica para tratar la falta de empleo en 1895 (Wikipedia). El problema se agudiza después de la Primera Guerra mundial (1914-1919). En 1924 el presidente Vicente Tosta emite una Constitución de la República en Honduras y comienzan a introducirse disposiciones laborales en la legislación hondureña; es hasta 1959 que en Honduras se emite un Código del Trabajo.

Los derechos económicos como derechos humanos incluyen el derecho a la alimentación, vivienda, educación, salud, seguridad social, la participación en la vida cultural, al agua y saneamiento y al trabajo. Las personas que no pueden leer ni escribir no pueden encontrar trabajo; el gobierno de la República ha tenido que traer cubanos para erradicar el analfabetismo; al programa le llaman “Yo sí puedo”. Los que no pueden son los maestros hondureños. A pesar de que la Declaración Universal de los DDHH se aprobó en 1948; tuvieron que pasar doce (12) años para que se aprobara el “pacto de Derechos Civiles y Políticos” y el “Pacto de Derechos Económicos y Culturales” aprobado por la asamblea de la ONU en 1966. Estos nuevos derechos pretender garantizar la “dignidad” de las personas. Según este Pacto al Estado y no a la empresa privada le corresponde garantizar estos derechos, entre ellos el derecho al trabajo. Que ironía ver al mejor empleador (el Estado), y quien tiene que tutelar, ver como despiden masivamente a los opositores políticos sin prestaciones, siendo el Estado garante del derecho al trabajo. Me atrevo a afirmar que hoy el causante mayor del desempleo es el mismo Estado.

Los derechos de segunda generación de derechos humanos son los derechos económicos, sociales y culturales. La tercera generación son los derechos al desarrollo, a la paz, a un medio ambiente sano. Se habla aquí los “trabajadores migratorios” también tienen derechos. La primera generación se refiere a los derechos civiles y políticos establecidos en la Declaración de los Derechos del Hombre con la Revolución francesa de 1789.