José Rolando Sarmiento Rosales
En nuestra búsqueda constante de información acreditada sobre avances científicos para combatir enfermedades dañinas a la salud humana, que existen en el mundo desde hace ya muchas dedadas, encontramos esperanzadores informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre la existencia de una vacuna de origen en Japón para el dengue y dos para la malaria o paludismo, desarrollada en el Reino Unido, lo que en Honduras reviste una esperanza para los miles de compatriotas que en el transcurso de muchos años se han visto afectados en su salud o que han perdido la vida. La OMS recomienda la primera vacuna contra el dengue, cuya transmisión se ha disparado en Latinoamérica. El organismo sanitario internacional también ha anunciado la aprobación de una segunda vacuna contra la malaria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado la primera vacuna contra el dengue, desarrollada por la farmacéutica japonesa Takeda, en un momento en el que la transmisión de esta enfermedad está aumentando considerablemente en regiones como Latinoamérica a causa del cambio climático, entre otros factores. La vacuna cuadrivalente TAK-003, basada en una versión debilitada del virus causante del dengue, se recomendará para menores de entre seis y 16 años en zonas donde esa enfermedad se haya convertido en un problema importante de salud pública, ha anunciado en rueda de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. La vacuna ha probado su eficacia en test realizados entre pacientes de 4 a 16 años en Asia y Latinoamérica, ha explicado la científica finlandesa Hanna Nohynek, presidenta del grupo que asesora a la OMS en cuestiones de inmunización y que se ha reunido en Ginebra para analizar estrategias de vacunación global.
El director de la OMS también ha anunciado la recomendación de una segunda vacuna contra la malaria, “R21/Matrix-M”, desarrollada por la Universidad de Oxford (Reino Unido). La recomendación, lanzada sigue el consejo del Grupo Estratégico Consultivo de Expertos en Inmunización de la OMS y del Grupo Consultivo sobre Políticas de Malaria. Se trata de la segunda vacuna contra la malaria recomendada por la OMS, tras “RTS, S/AS01”, que recibió una recomendación de la OMS en 2021. Ambas vacunas han demostrado ser seguras y eficaces en la prevención de la malaria en niños y, cuando se apliquen ampliamente, se espera que tengan un alto impacto en la salud pública.
La vacuna ha demostrado tener una alta eficacia cuando se administra justo antes de la temporada de alta transmisión. En zonas con alta transmisión estacional de la malaria, donde la transmisión se limita en gran medida a 4 ó 5 meses al año, la vacuna “R21” demostró reducir los casos sintomáticos en un 75% durante los 12 meses siguientes a una serie de 3 dosis. Una cuarta dosis administrada un año después de la tercera mantuvo la eficacia. Esta elevada efectividad es similar a la demostrada cuando la “RTS, S” se administra estacionalmente. Al menos 28 países africanos tienen previsto introducir una vacuna contra la malaria recomendada por la OMS como parte de sus programas nacionales de inmunización. Gavi, la Alianza para las Vacunas, ha aprobado proporcionar apoyo técnico y financiero para extender las vacunas contra la malaria a 18 países.
A la esperanzadora existencia de vacunas para el dengue y el paludismo se suma ahora la práctica de expansión de Wolbachia, el parásito de los mosquitos que podría esconder el secreto de la lucha contra el dengue. En países como Honduras se están liberando miles de mosquitos con esta bacteria, que reduce su capacidad infectiva. El uso de pesticidas y otras técnicas de control tradicionales cada vez resultan más ineficaces contra estos insectos. Considerado como el animal más mortífero de todos cuantos existen, el mosquito destaca por su resistencia y su capacidad de adaptación, que le han permitido colonizar la mayor parte del planeta, a excepción de la Antártida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año mueren más de 700,000 personas a causa de enfermedades transmitidas por este insecto, del que hay más de 2,500 especies catalogadas.
Es especialmente reseñable el caso de la malaria, propagada por el mosquito Anopheles y responsable de la muerte anual de 400,000 personas, sobre todo niños. También el del dengue, transmitido mayoritariamente por el Aedes aegypti y causante de entre 100 y 400 millones de infecciones cada año, aunque su letalidad es menor: unos 40,000 fallecimientos anuales. En Honduras la Sesal informa de varios miles de casos del dengue y varios fallecimientos de niños y mayores, la presencia de casos de malaria o paludismo, y la aplicación de Wolbachia en las zonas capitalinas de mayor afectación del dengue.