Carlos Medrano
Siempre el inicio de año es una buena oportunidad para trazar objetivos y propósitos que nos permita tener más logros que errores cometidos en el pasado año, pero sobre todo es un tiempo propicio para ponernos a cuentas con Dios, para hacer el bien, para amar, para tener paz y luchar por tener un país mejor.
Honduras enfrenta grandes retos económicos, sociales y políticos, sobre todo. Hoy tenemos una crisis de empleo como nunca en la historia de este país, no se han abierto gran cantidad de oportunidades de trabajo en primer lugar por el desaceleramiento económico de nuestro principal socio comercial, los Estados Unidos y el otro factor es por el clima de confrontación e inestabilidad jurídica que algunos funcionarios del gobierno de la Presidente Xiomara Castro están empeñados en impulsar.
La migración de hondureños que se marchan en cantidades indescifrables hacia la USA en busca del sueño americano representa el fracaso de todos los gobiernos quienes han sido incapaces de construir un país que genere prosperidad, trabajo y seguridad.
El reto económico, sin lugar a dudas, será crear las condiciones óptimas para que crezca la confianza en Honduras para que la inversión nacional aumente y que venga más empresas extranjeras de grandes transnacionales que están abandonando a China y estableciéndose cerca de los Estados Unidos.
En materia social, existen retos gigantes como el hecho de sacar de la extrema pobreza a miles de hondureños que hoy viven con menos de un dólar diario, quienes hoy no tienen salud, ni educación ni seguridad adecuada.
La pobreza ha ido creciendo sin que nadie la pueda frenar, la corrupción, los malos gobiernos y las desgracias naturales que han destruido nuestra precaria infraestructura, han mandado a la precariedad a millones de compatriotas.
Y sobre el reto político, de inmediato se debe de poner de acuerdo las fuerzas políticas en el Congreso Nacional, que ha sido el Poder Legislativo menos productivo en la historia de esta nación.
La Comisión Permanente que nombró al Fiscal y Adjunto de manera interina es el punto de confrontación que pronto deberán resolver los líderes políticos en Honduras, porque sino lo hicieran la crisis y confrontación interrumpirá el desarrollo de esta patria.
Las elecciones internas serán este 2024, con una Rixi Ramona Moncada que ya se lanzó al ruedo en Libre, un Tito Asfura que lidera a un partido político abrumado por el juicio que se le sigue a su exlíder y expresidente Juan Orlando Hernández, en Nueva York y que es seguro que salpicará al partido de la estrella solitaria.
El Partido Liberal sigue en condición de cuidados intensivos, con un liderazgo dividido y caótico que les ha provocado las más grandes derrotas políticas en las últimas elecciones generales, por lo que vemos que, si no hacen una alianza estratégica con otro partido político, dicho instituto rojo blanco y rojo estará al borde de desaparecer.
Garantizar unas elecciones internas y generales limpias, transparentes y que fortalezcan la democracia en Honduras será el gran reto nacional.
Honduras hoy tiene grandes desafíos, pero también grandes oportunidades, tiene un futuro difícil, pero a la vez maravilloso, tiene a un pueblo que es joven, con fuerza y valor para impulsar cambios profundos que nos permita tener más oportunidades y esperanzas.
La unidad, el diálogo, el ponernos de acuerdo todos para salir del subdesarrollo es fundamental, pero sobre todo el tener en primer lugar a Dios para que edifique la casa, esta debe de ser la prioridad para Honduras..
Periodista