EL “ESE SOY YO” DE MARIO HERNÁN RAMÍREZ

El último libro del periodista y escritor hondureño, intitulado “ESE SOY YO”. Fue publicado en 2022. En el mes de abril recién pasado, hemos recordado el primer aniversario de su viaje sin retorno, ocurrido el 13 de abril del 2023, dejando tras de sí una estela de realizaciones, publicaciones e iniciativas culturales, en las que sobresale la creación, bajo sus auspicios, del Consejo Hondureño de la Cultura JUAN RAMÓN MOLINA, del cual entramos a formar parte, por gentil invitación suya y de su esposa, la también periodista y escritora ELSA RAMÍREZ GARCÍA, sobrina de mi madre, Adriana de Valerio y; por consiguiente, mi prima.

“ESE SOY YO”, nos permite adentrarnos en un periodo muy importante en la vida de Mario Hernán Ramírez: el de su permanencia en la Escuela Correccional “Marcos Carías Reyes”, fundada en 1935. En su presentación, Mario Hernán, nos dice: “Han transcurrido la bicoca de 75 años (1947-2022), y se me ha ocurrido dejar constancia de un hecho histórico en el que, si bien hubo momentos de terror y angustia, es muy posible que ellos hayan servido para templar nuestro carácter y convertirnos en personas de bien, lo que, si es cierto, como humanos hemos pecado inclementemente, con la salvedad de que, a estas alturas de mi vida, posiblemente, mediante el arrepentimiento haya encontrado el perdón divino”.

Luego, Mario Hernán, pasa a afirmar algo muy importante: “El Instituto Armado de Honduras, en el año 2025 del presente siglo, arribará a sus doscientos años de existencia y esta institución defensora de soberanía nacional, enriqueció sus filas con numerosos egresados de la escuela”.

“ESE SOY YO”, es algo así como un reencuentro no solo de la experiencia vivida durante 2 años, de 1947 al 1949, en dicho reformatorio, que lamentablemente fue clausurado durante el gobierno del doctor Juan Manuel Gálvez en 1951.

Mario Hernán, haciendo gala de su prodigiosa memoria, hace también en la publicación de referencia, un retrato muy preciso del ambiente que se vivió en ese periodo singular de nuestra historia. La construcción y adoquinamiento de las calles y avenidas de Tegucigalpa, el surgimiento de famosos hoteles, como El Prado, El Lincoln, el Marichal y el Boston en Tegucigalpa y el Panamericano en Comayagüela. Las familias más reconocidas en ambas ciudades, con especial mención de las damitas que sobresalieron en las mismas. Etc.

El aporte de la Escuela Correccional “Marcos Carías Reyes” es destacado por Mario Hernán, al hacer el recuento de los oficios que tenían oportunidad de aprender los jóvenes que en ella ingresaban, tales como la talabartería, ebanistería, sastrería, zapatería, carpintería, barbería, herrería, albañilería y se impartían clases de música, marimba y piano, además del conocimiento y práctica de diversas disciplinas deportivas.

Esta notable narración y constatación de lo ocurrido en ese periodo, nos permiten concluir, que, en Honduras, todavía a mediados del siglo XX, se siguieron sintiendo impulsos de la Reforma Educativa, aun no superada, que bajo los postulados del movimiento filosófico positivista, iniciaron el Dr. Marco Aurelio Soto y el brillante intelectual Ramón Rosa, en el último cuarto del siglo XIX.

Tegucigalpa, M.D.C., 11 de mayo, 2024