De la autoría del escritor Ramón Antonio Donaire Urbina, la Sociedad Literaria de Honduras, le confirió el Premio del Certámen Centroamericano Permanente de Novela Corta. En su novena edición, se honró no sólo a un escritor, sino a un género literario que se puede situar entre el cuento, el relato y la novela, de ahí la complejidad de este tipo de obras.
La novela corta está compuesta por los mismos elementos que la novela, sin embargo y debido a su extensión los personajes, la trama, los escenarios y las descripciones son breves y menos desarrolladas. En esta ocasión fue honrado Donaire Urbina, que participó con “Los Caprichos de Dolores”, quien interviene por primera vez en un concurso literario. La entrega de la presea fue el 18 de mayo en Casa Morazán de Tegucigalpa, solemne evento que concluyó con un vino de honor.
Los caprichos de Dolores
Es una historia de una pareja muy singular, de características insólitas, Dolores y Lugo, quienes no solo sobresalen por sus características físicas sino por una peculiar manera de actuar en su desempeño cotidiano. Dolores pertenece a una categoría única de individuos, es un espécimen excepcionalmente raro, muy difícil de encontrar. Pero aunque su esposo Lugo, es de un genotipo muy infrecuente, pertenecen ambos a especies radicalmente distintas.
Sin embargo, la naturaleza parece haberlos creado de manera que, a pesar de sus notables contradicciones y diferencias, complementen sus vidas de una manera extrañamente perfecta, forjando una convivencia que resulta intrigante e insólita para el resto de la sociedad que los juzga como extravagantes. En ese peculiar universo familiar, los rasgos de machismo escasean en Lugo, aunque se hace evidente un feminismo con tintes marcadamente machista en Dolores.
Pero la dinámica entre ellos no se orienta a una lucha de género, sino más bien a un juego de poder, un dominio sutil que procura el hombre y estrategia obvias y descarnadas por parte de ella. El amor fluye en ambas direcciones: el la adora con pasión, ella también lo ama profundamente. Más su manera de expresar el amor es radicalmente distinta.
El la colma de atenciones, la consciente, la mima y la corteja como a una reina, la adora a como a una diosa. Ella lo quiere tanto que lo cela con mujeres ficticias, despreciándolo castigándolo y avergonzándolo ante los demás, pero todas son situaciones momentáneas, los sinsabores se pierden pronto en el olvido o se tornan dulces después de cada tormenta.