Por: Elvia Elizabeth Gómez García*
Cuando vemos las imágenes a través de los noticieros o los diarios en línea, nos parece que estamos en otra dimensión. Nunca imaginamos que nuestro país podría alcanzar los niveles de contaminación que hoy se observan. Lo peor de todo es que no son producto de una catástrofe natural sino de la acción humana, de nuestra inconciencia en el manejo de los recursos y el ambiente.
Debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad en la situación que vivimos actualmente porque todos somos parte del problema. No es algo que provocan solo los campesinos de tierra adentro, que aún no renuncian a sus prácticas de quema para la siembra, porque es lo que tradicionalmente se ha hecho. ¿Quién se ha tomado la molestia o el interés de trabajar a su lado y mostrarles nuevas prácticas, más amigables con el medio ambiente?
Si bien el Estado debe velar por el bienestar de los ciudadanos, pretender que sea el gobierno el que solucione todos los problemas se aleja de la realidad, pues cada uno de nosotros debemos trabajar por labrar un mejor futuro para las futuras generaciones.
Y es que ¿cuándo alguien se ha preocupado por saber lo que significa ICA y porqué es importante su medición? Y declaro que este concepto era totalmente desconocido para mí, pues ni siquiera tenía idea de lo que significaban la sigla ICA (índice de calidad del aire), solo lo escuchaba y veía las publicaciones con números que sobrepasan los 300. Cuando me tomé el tiempo de buscar en la web su significado, pude constatar la realidad de lo que estamos viviendo.
La Honduras verde para el año 2000 se nos fue de la mano, no lo logramos y lo peor es que no existe un proyecto de país orientado a conservar lo poco que nos queda. Estamos rodeados de incendios forestales, provocados por la ambición de acumular más riqueza, por el poco conocimiento de que quemar la tierra no la volverá más fértil, por aquellos que, al observar el fuego se sienten eufóricos y no miden las consecuencias de sus actos.
La Honduras que queremos no se va a construir sola, la naturaleza reclamará lo suyo pues el planeta está cansado, agotado como cuando en la escuela nos obligaban a asistir a la clase de educación física, aunque no nos gustaran los deportes, solo por hacer una analogía que nos sea comprensible.
La Honduras que queremos no va a surgir de mentalidades enfocadas en la acumulación de riqueza, ni de aquellas que asumen la postura de “no es mi problema”, pero que exigen que no haya cortes de energía ni del servicio de agua potable. Nuestra Honduras agoniza, junto con un planeta cansado de advertirnos que lo estamos llevando al límite.
Si reflexionamos en el futuro que les espera a nuestros pequeños hijos, el mismo no es nada alentador. El agua se convertirá en el recurso más costoso si seguimos con una postura de indiferencia.
En la película de “Mundo acuático” de 1995, se ilustra el derretimiento de los polos y la desaparición de tierra firme, la humanidad vive en lanchas improvisadas sobre el agua, llamadas atolones y la tierra es un producto sumamente raro. Estamos en el 2024 y el derretimiento de los polos es una realidad, los huracanes, tsunamis, tornados son cada vez más comunes y poderosos y conllevan pérdidas económicas y humanas.
Honduras es hoy un escenario apocalíptico, los niveles de contaminación que creíamos solo posibles en las grandes ciudades y los países desarrollados como China son nuestra realidad. Salimos a la calle y sentimos la pesadez del ambiente, en un país donde la mayoría de la población vive en condiciones de extrema pobreza.
¿Cuál es nuestra respuesta ante este panorama? Si siempre diremos que lograr algo llevará muchos años y por ello no vale la pena hacerlo, seguiremos alentando el deterioro ambiental y la condena del futuro de nuestros hijos. Si seguimos posponiendo el tomar acciones y no asumimos una postura proactiva ante la realidad que vivimos, seguiremos contribuyendo al deterioro de nuestro país.
No basta salir a sembrar mil árboles si no les damos el cuidado necesario para que sobrevivan, la tarea es de todos, pero ¿estamos dispuestos a asumirla?
*Profesora universitaria.