Dora Raudales, hondureña en el Everest

Por: Noé Pineda Portillo

En diferentes medios de comunicación nos hemos enterado de la buena noticia donde hacen eco de la compatriota Dora Raudales, digna de mayores méritos por su ascenso a la cima del pico más alto del mundo, y que hace historia con tan grande hazaña.

La compatriota Dora Raudales vive en Monterrey, México, está casada y con dos hijos, su esposo Allan Handal, es quien, como parte de su familia, la impulsó a esta gran hazaña donde arropada con la bandera de Honduras se ve que aparece en la cumbre más alta del mundo con 8,848 m. sobre el nivel del mar, siendo un gran orgullo para toda Honduras, como una gran obra de sus buenos hijos.

Desde que en 1953 el Neozelandés Edmund Hillary y el nepalí como shepard Tenzing Norgay lograron por primera vez la cima de este enorme monumento de la cumbre más alta del mundo, son muy pocos los que han escalado esa enorme cumbre. Y los que lo han hecho lo han hecho con grandes sacrificios, tanto de tipo económicos como de carácter físico y de plena salubridad.

Subir el Everest, es casi subir 9,000 metros de altitud sobre el nivel mar, es una hazaña que no cualquiera la hace. Es una actitud de heroísmo. Ese heroísmo que debemos tener todos los hondureños para hacer la cosas bien y no desearle el mal que otros malos hondureños le hacen.

Subir al Everest, se requiere tener previa experiencia en subir y bajar por cuerda fija, buen manejo de crampones, piolet y saber andar por glaciar. Cuanto más preparado se esté, más posibilidades se tendrá de llegar a la cumbre. Es necesario realizarse un chequeo médico general y dental antes de la expedición.

“Luego de un arduo entrenamiento, nuestra compatriota Dora Raudales, con la frente en alto, asumió el desafío de escalar la montaña situada en la cordillera del Himalaya, frontera entre China y Nepal, que es el hogar de puntos elevados y una complicada geografía que supone un enorme reto para quienes tienen la osadía de querer hacer alpinismo en esa región del continente asiático. A lo largo de su recorrido, la hondureña tuvo que ir lidiando con las bajas temperaturas, la necesidad de llegar a tiempo a las diferentes estaciones y sobre todo realizar los debidos descansos que son claves para lograr el objetivo.

Impulsada por el amor de su esposo Allan Handal y sus hijos Elizabeth, Katherine y Allan, Doris se convirtió en la primera mujer hondureña en llegar a la cima del Everest, logrando también igualar la marca impuesta por su compatriota Ronald Quintero dos años atrás…

Del mismo modo, la hondureña que vive en Monterrey se convirtió en la cuarta centroamericana en lograr este objetivo y además ingresó en un selecto grupo de 635 féminas que han escalado el Everest.

Con un enorme ejemplo de esfuerzo y nunca bajar los brazos, Dora Raudales ha logrado poner la bandera de Honduras en lo más alto del mundo al escalar la región más inhóspita del planeta. ¡Orgullo catracho! “

Acciones y actitudes como estas son dignas de honrar por el Estado hondureño para dar ejemplo a la juventud hondureña y honrar la valentía y ejemplo ante el mundo entero un signo de entero civismo procedente de la cultura catracha. Estas actitudes deben ser premiadas en las festividades del 15 de septiembre, como mes de la patria a estos hondureños dignos de un gran orgullo nacional.

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