(Populismo para América Central)
Ángela Marieta Sosa
La visita del Foro de Sao Paulo a Honduras no causará ningún impacto en desarrollo socioeconómico en el país, las mayorías no recibirán ningún beneficio ni temporal y mucho menos sostenible, porque la izquierda internacional en su jugada geopolítica viene hacer acto de su relativo dominio económico en el centro de las Américas, para mandar un mensaje a sus adversarios eternos: el capitalismo y las democracias que, aunque deterioradas se mantienen.
Lo contradictorio de sus formas de gobierno es que lejos de fortalecer la economía la destruyen aún más, desmontando la incipiente democracia para transitar a dictaduras dañinas que permanentemente expulsan connacionales al gran país del norte, engrosando los éxodos migratorios.
Recientemente se nos advirtió de parte de ilustrad@s y eminentes politólogos, escritores y columnistas de las Américas, como ser: Gloria Álvarez, Axel Kayser, Mario Vargas Llosa, Andrés Oppenheimer, Álvaro Vargas Llosa, que no permitiéramos que llegase el tentáculo de la izquierda internacional, porque con esa gente como dijo Javier Milei “No se puede Negociar”, por el sesgo obcecado que les caracteriza y que evidencian permanentemente al pretender justificar y limpiar sus prácticas políticas nocivas.
Para su ilustración, el nobel Mario Vargas Llosa expresó: el populismo podría definirse como políticas que sacrifican el futuro en nombre de un presente efímero, o como dirían tierra adentro, pan de hoy hambre para mañana, un futuro incierto, que acelera los procesos de desgaste de la economía, en una carrera competitiva y veloz por alcanzar la inflación por medio de la refundición; también lo dijo Andrés Oppenheimer “es gastar más de lo que hay” …
Gloria Álvarez mencionó en una de sus tantas conferencias que este foro nació como un copy page de guerrillas marxistas, financiadas por unión soviética con entrenamiento cubano y en el primer foro realizado en los noventa, se agruparon las izquierdas de la región latinoamericana para democratizar el camino a sus dictaduras, a través del lavado de cerebros que buscan la hegemonía cultural por medio de la cual manipulan la democracia hasta que se la revientan, matando la institucionalidad y dividiendo a la sociedad.
El periodista Álvaro Vargas Llosa escritor y columnista, caracterizó el estilo político de la izquierda internacional y mencionó primero la existencia de una relación directa entre candidato y el electorado y dos una relación maniquea bipolar en la que la ciudadanía se debe ubicar o de un extremo o del otro; o estas con ellos o no, lo cual evidentemente implica consecuencias de anulación de toda postura contraria.
Desde un enfoque de derechos humanos, la garantía de estos no puede realizarse o satisfacerse en gobiernos populistas antidemocráticos, sino vea casos concretos y reales como Venezuela, Cuba y Nicaragua, ¡terrible!; es decir si en los gobiernos de derecha no ha sido fácil la satisfacción de los DH en su totalidad, pero se avanza considerablemente; ¡olvídese! de que existan en gobiernos totalitaristas de izquierda, así sean caribeños, sureños o centro americanos.
En el caso de Honduras cierto sector del electorado votó por una de las más grandes mentiras políticas del siglo XXI, todo lo prometido sigue siendo deuda y con probada falta de voluntad política actual, como la reciente renuncia y denuncia de ex director del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) un médico de alta credibilidad a quien le socavaron los proyectos de construcción de nuevos hospitales para el pueblo; el índice de femicidios aumentado, la salida del país de la vice ministra de seguridad por amenazas a su vida, la nunca llegada de la CICIH, el aumento del desempleo, el nepotismo gubernamental, y así una lista interminable de acciones y omisiones que no contribuyen a cumplir la palabra empeñada ante al pueblo hondureño.
Finalmente, ante una realidad tan descompuesta, pregunto: ¿Qué viene a resolver este foro a la población hondureña?, con que cara podrían plantear sus “ideas” ante tanta evidencia de destrucción (Cuba, Venezuela, Nicaragua…), cómo pueden llegar a regodearse sobre la desgracia de un pueblo que a pesar de tener recursos no los pueden gozar, aunque tengan el derecho garantizado. No cabe duda de que el populismo llegó a Honduras, con la espada de la mentira descarada, como una enfermedad dispuesta a matar la institucionalidad y la pseudodemocracia existente.
Magíster en Derechos Humanos