Apagones, un desastre para Honduras

Por: Carlos Medrano – Periodista

Los apagones de energía eléctrica representan ni más ni menos un desastre para Honduras, una tragedia, un atraso para la economía del país, pérdidas económicas, empresas afectadas (como para agregarle un nuevo problema) y un dolor de cabeza para todos quienes consumimos un pésimo, interrumpido y caro servicio.

Si bien es cierto que durante los últimos gobiernos no se invirtieron los recursos suficientes para mejorar la infraestructura relacionada con la energía eléctrica, la gente no entiende eso, el pueblo lo que quiere es que haya energía para cocinar, para un ventilador que mitigue este calor asfixiante y para tener funcionando la refrigeradora que mantenga los alimentos.

Hoy pueblos enteros se han tenido que tomar carreteras ante el grito desesperado por luz, es un clamor generalizado que nos recuerdan la frustrante época de Carlos Roberto Reina cuando los motores generadores de emergencia empezaron a zumbar por cuanta calle nos trasladábamos de un lugar a otro.

En los últimos meses del 2024 la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, ENEE incorporó al sistema 192 megavatios para la generación de energía en Villa Nueva, Cortés, comunidades de Juticalpa, Olancho, la Ceiba y Danlí, mientras que en El Paraíso con motores que funcionan con búnker.

Otros 114 megavatios se añadirán a la capacidad de generación durante junio y julio próximo para totalizar 306 megavatios, mientras que unas 14 subestaciones se repotenciaron, aunque falta mucho más.

De acuerdo a la Asociación Nacional de la Pequeña y Mediana Industria de Honduras (ANMPIH), en el norte del país los apagones de los últimos dos meses han dejado pérdidas por el orden de 1 mil millones de lempiras en las Mipymes del sector.

Para las pequeñas y medianas empresas, estos apagones causan un efecto desastroso para sus economías, ya que así será imposible cumplir con sus obligaciones y compromisos financieros (el sector informal no tiene acceso a financiamiento, por lo que deben recurrir a préstamos particulares a altas tasas de interés) y, por ende, se verán en la obligación de despedir al personal contratado hasta la fecha.

Hoy Honduras para evitar racionamientos y reducir pérdidas en el sistema necesita de al menos una inversión de unos 450 a 700 millones de dólares para la construcción de las plantas de generación adicionales, más de 900 millones de dólares para invertir en líneas de transmisión, subestaciones y en los sistemas de distribución actuales de la ENEE, dinero que la estatal eléctrica no tiene.

Toca aliarse con el sector privado para echar a andar por lo menos unos 450 megavatios que está actualmente en proceso de licitación, mientras también se buscan alternativas con plantas locales que se pueden agregar al mercado mayorista o ampliar su capacidad actual de manera rápida.

Los apagones están afectando la imagen de la presidenta Xiomara Castro, pero más que eso, están perjudicando a todo este país, la generación de trabajo, la atracción de inversiones nacionales y extranjeras, pues nadie quiere estar en un país en penumbras, a oscuras y a expensas de la lluvia.

Pongan a un verdadero experto en energía eléctrica a comandar a la ENEE, alejado de la política y la corrupción, un hondureño calificado que tome las medidas oportunas y previsoras para después no estar justificando su incapacidad y falta de voluntad política… ¡Urge un buen gerente en la ENEE!

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