Empatía de la gente medicina

Por: José María Leiva Leiva

En el chat de parientes y amigos, recién compartimos dos estupendos videos que hacen relación a esas maravillosas personas que se identifican y comparten con nosotros en todo momento. Sobre todo, cuando más los necesitamos. Gente a la que el cantautor sevillano, Javier Labandón, más conocido como El Arrebato, llama “Gente Luminosa”, pues tienen un don especial para arreglar cualquier día oscuro y convertirlo en un día lleno de luz. En el primer video al que hacemos referencia, Marcela J. Villalón, en un fragmento de «Las personas correctas», del álbum MIS GARABATOS, habla de la empatía en una especie de fábula de la luciérnaga en los términos siguientes:

«La empatía tiene una chispa indescriptible…Dicen por ahí, que la persona que la lleva en el alma, es como esa pequeña luciérnaga que va por el camino compartiendo su luz. Parece que tuviera el poder de entrar suavemente en el corazón del otro, repartiendo la grandeza que conduce su existencia… Anda por ahí y por aquí, escuchando sin prisas, mirando con amor y sintiendo todo en su propia piel. La empatía conoce de ser dulce con quien lo necesita e incluso sabe mostrarse fuerte en el momento exacto”.

Agrega, “esas pequeñas luciérnagas actúan con sutileza porque su mayor temor es herir a quien ya está herido… quien lleva ese brillo sanador en el alma, comprende y va por la vida desatando nudos, ofreciendo su hombro, secando lágrimas… Quien va vestido de EMPATÍA, recorre caminos escuchando miradas, leyendo silencios, desinfectando heridas… Y va empujando al que ya no puede para que vuelva a comenzar… Su fuerza es la bondad».

Mientras tanto, el segundo video califica a estas personas, como gente medicina, pues “tiene en sus brazos un bálsamo que calma los dolores. Gente cuya voz tranquiliza a los demonios y trae de regreso la esperanza con una palmada. Hay gente que limpia tu espejo para que puedas volver a verte como realmente eres. Gente que escucha, que mira a los ojos, que rearman lo que se rompió con una taza de café y una buena conversación. Limpian los escombros de un derrumbe que no provocaron. Hay gente con la que uno sonríe sin motivo, gente que abraza incluso nuestros espacios oscuros, sin prejuicios y sin señalar”.

Concluye: “Gente que no se aprovecha de nuestra vulnerabilidad, que tampoco te obligan a estar bien. Hay gente que trae vendas que le sobraron de su propia tragedia y te las pone en tus heridas. Aparecen sin que los llames, aunque siempre contestan si lo haces. Te reconocen el dolor, aunque lo maquilles y sonrías. Gente que en lugar de decirte que ya no llores más, llora contigo, camina contigo, te muestra los caminos que no logras reconocer. Larga vida a esa gente que cura, que ama, que sana, que aparece cuando la necesitas, que no abandona, que espera, que abraza, larga vida a esa gente que es medicina”. “Rodéate de personas medicina. Son la luz, la energía, el optimismo y la positividad. Te aportan años de vida. Aléjate de los oscuros, los tóxicos, los envidiosos y los negativos. Te restan años de vida”, aconseja Antonio Ríos Luna. Traumatólogo y cirujano ortopédico español.

Véase https://www.doctorantoniorios.com/. Así mismo, de la Psicóloga Española, Fátima Servián Franco, leemos: “Las personas medicina son alegres y motivadoras, nos contagian de sus actitudes y consiguen que, por cierto, tiempo, estar a su lado nos haga sentir bien. Esto se explica por las llamadas neuronas espejo, que son aquellas que permiten la empatía y funcionan imitando emociones de otros que captan nuestra atención… es importante elegir bien nuestro entorno más cercano y saber rodearse de personas que sumen y nos permitan desarrollarnos”. Véase https://lamenteesmaravillosa.com/

Luego enumera siete rasgos que caracterizan a las personas medicinas. (1) Son personas que escuchan, no juzgan. No ejercen ningún tipo de manipulación y observan a las personas como son, sin querer cambiarlas. (2) Son coherentes con lo que hacen, piensan, sienten, y dicen. Son personas comprometidas que crean conciencia a través de sus actos. (3) Son personas que quieren conocerte, pero no de un modo entrometido. Respetan tu espacio y tus momentos, son extremadamente prudentes. (4) Son personas atentas y amables. Destacan por su valor humano.

(5) Son personas positivas. Observan la vida con el lado de la bondad. Su compañía es un regalo y estás deseando volver a encontrarte con ellas. (6) Configuran un entorno protector. Un entorno saludable. (7) Contagian emociones saludables. El efecto contagio de las emociones es más que evidente… cuando estás rodeado de personas optimistas, experimentas sensaciones de bienestar con mayor facilidad gracias a las neuronas espejo”. Quien encuentre una persona luminosa, empática o medicina, habrá encontrado un tesoro de valor incalculable. Sin duda, son “ángeles”, y “bendiciones”, en nuestra vida terrenal. Concluyo: Nunca olvidar que “somos todos visitantes de este tiempo, de este lugar. Estamos solamente de paso. Nuestro objetivo es observar, crecer, amar… y después volver a casa”. Proverbio aborigen.