REFLEXIONEMOS: Genio y figura… pero ¿hasta cuándo?

Por: German Edgardo Leitzelar Hernández*

A veces la vida arrastra a rutas negativas que nos obligan a enfrentarnos a cosas que no son agradables ni inspiradoras, cosas que nos drenan poco a poco, sin embargo, siempre es posible tener una visión distinta.

Aquel adagio que reza “genio y figura hasta la sepultura”, aplica a una cantidad de cosas que los caudillos de turno o caudillos eternos desde hace años nos vienen jurando, son los salvadores de nuestra patria, pero solo terminan imponiendo egocéntricas ideas de salvación que solo terminan embarrando todo de ese desparramado ego. Parecería que, a fuerza de mucha derrama de publicidad y pleitesías impuestas, desde y hasta sus más cercanos seguidores, pretendiendo convencernos hasta de que los próceres del pasado son poca cosa frente a ellos.

Las élites políticas gestionan todo por medio de cálculo político digno del azar, como una partida de póker donde alguien marcó todas las cartas, además nos llenan la vida de actos de presión y acciones para amedrentar a cualquiera que estorbe, afilan los cuchillos de sus ataques cortando lo que sea con tal de lograr sus objetivos, sin que poco o nada importe, aunque lo primero que cercenen sea la paz y la casi inexistente cohesión social, en lugar de trabajar por ella.

Estamos llenos de titanes de humo, seres que en el espejo de sus mentes se ven colosales y altivos, cargan coronas adornadas de astros, cubriendo la conciencia colectiva con una cobija de sueños que nunca se materializan. Estamos llenos de reyes de lo inalcanzable, de los que creen que cada vez que abren la boca, sus palabras suenan como truenos de verdades absolutas, y creen iluminar los valles del silencio, sus manos se sienten infinitas en acciones que destruyen las finanzas del país. Sin herramientas reales, tejen imperios de aire y cenizas, pretenden provocar sismos en cada paso que dan, crean huracanes con sus susurros, y cuando ven desde sus ojos salen tormentas, y se sienten propietarios de todo.

Al pueblo hondureño, le falta apoderarse del verdadero efecto que debe tener el tan mencionado poder constituyente, aquel que viene de frases como: “El pueblo unido jamás será vencido”, pero que no se unió más que en los pedazos de conveniencia de aquel que trata de comprarlo con demagogia y populismo, sin darle jamás herramientas que le den dignidad y la posibilidad de gozar del hecho de ser autosuficiente.

Ese es el lado impropio o incorrecto de la moneda, pero ahora hagámonos unas cuantas preguntas sobre el país que tenemos y que algunos pocos ponen en riesgo de que todos lo perdamos: ¿Tiene nuestro país playas excelentes?, ¿Tiene nuestro país parques nacionales con gran biodiversidad?, ¿Tiene nuestro país islas paradisíacas que te seducen y te dejan con ganas de quedarse ahí para siempre?, ¿Tiene nuestro país ríos, lagos y lagunas de ensueño?, ¿Tiene nuestro país valles espectaculares y productivos?, ¿Tiene nuestro país bosques maravillosos y todo tipo de maderas preciosas?, ¿Tiene nuestro país ciudades y pueblos pintorescos?, ¿Tiene nuestro país una gastronomía propia y única?, ¿Tiene nuestro país patrimonio cultural y monumentos históricos?, ¿Tiene nuestro país una ubicación geográfica envidiable dentro del Istmo y continente?, ¿Tiene nuestro país ciudadanos emprendedores que quieren y pueden y eres tú uno de ellos?, ¿Tiene nuestro país patrimonio artístico?, ¿Tiene nuestro país manos valiosas y honestas?,
¿Tiene nuestro país miles de cosas más que son maravillosas e inigualables?

Si has contestado si a todo, entonces sos uno más de esos hondureños valiosos que debe quedarse aquí haciendo su parte y haciéndola bien, seamos parte del cambio y de la solución, dejemos de ser estáticos y parte del problema, lo que no guste cambiémoslo, lo que sea posible mejorar, mejorémoslo, cada quien en lo suyo, en el trabajo, la profesión, un oficio, comprometámonos a trabajar por un objetivo común y saquemos a nuestro país adelante, si todos lo hacemos, el desarrollo está a la vuelta de la esquina, con solo actuar con civismo.

Todo buen hondureño debe aceptar el reto, esto sin desconocer que también existen problemas serios, pero empecemos a creer que, así como son serios los problemas, son serias las bellezas y cosas buenas para valorar y hacer buenas cosas por nuestro país. Cultivemos respeto, encontremos ideas, unidad, buenas cosas, aunque nos sean distintas, encontremos esa fórmula colectiva que sume y multiplique. Empecemos a creerlo y no permitamos se nos divida más.

“NUESTRO PAÍS ES Y SERÁ LO QUE NOSOTROS HACEMOS DE ÉL, HAGÁMOSLO BIEN”

*Abogado laboralista independiente

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