Por: Carlos G. Cálix*
En poco tiempo, el diputado Jorge Cálix tendrá una nueva batalla perdida contra el expresidente Manuel Zelaya. Si no quiere perder la guerra, deberá replantear su errada estrategia de ataque directo al animal político que coordina su partido. De no ser así, políticamente lo hará pedazos, exhibirá su cabeza y se reirá en el proceso. El instinto que gobierna a los hombres, también gobierna a los gatos, a los mapaches y a las liebres.
La liebre pertenece a la familia de las leporidae, una de las especies más conocidas. Las orejas son su rasgo más peculiar y usualmente posee un pelaje pardo-grisáceo que le sirve para camuflarse de sus depredadores. De la misma manera que al “parar las orejas”, por sugerencias de sus cercanos, el diputado Cálix podría considerar camuflarse en el Partido Liberal de Honduras. Un escenario probable para su supervivencia política ante la escasez de líderes y hombres de Estado en ese instituto político.
Un escenario que muchos liberales ven con buenos ojos sin analizar que los máximos ganadores en caso que eso ocurra, serían los nacionalistas. ¿Por qué? Porque el Partido Libertad y Refundación quedaría fuertemente herido y el Partido Liberal tendría una bomba de tiempo que al pretender desactivarla cortando el cable azul, le estallaría en la cara.
Por otro lado, si el hasta ahora aspirante presidencial Jorge Cálix decide continuar la batalla en Libre, deberá comprender que, atacar frontalmente a un animal político puede ser una estrategia contraproducente. Individuos como el expresidente Zelaya suelen poseer habilidades excepcionales para manejar la opinión pública, manipular narrativas y reforzar su base de apoyo. En lugar de debilitarlo, los ataques directos fortalecen su posición y lo convierten en un mártir ante sus seguidores, sobre todo, si irresponsablemente le atacan temas personales como un posible cáncer. -Un error de novato de “Jorgito” que hábilmente respondió “Don Manuel” dedicándole una canción de Mercedes Sosa.
Sin darle más méritos de los que se merece y respetando su condición de expresidente de la República, con aciertos y desaciertos durante su gestión presidencial, pese a toda crítica, el expresidente Zelaya ha demostrado ser un animal político experto en la manipulación de narrativas. Manifestado una capacidad impresionante para desviar la atención de los escándalos y convertir las críticas en oportunidades para fortalecer su imagen ante su base.
En tal sentido, una estrategia efectiva contra un animal político puede ser la desviación de la confrontación directa hacia un enfoque en temas y políticas específicas. Por ejemplo, en lugar de atacar a un político populista por sus comentarios incendiarios, es más útil centrarse en las fallas de sus políticas económicas o sociales, proporcionando datos concretos y argumentos sólidos. En el caso de Viktor Orbán en Hungría, la oposición ha tenido más éxito al resaltar los problemas económicos y las restricciones a las libertades civiles bajo su gobierno, en lugar de atacar directamente su carácter o sus declaraciones públicas.
Atacar frontalmente a un animal político también puede aumentar la polarización y consolidar su base de apoyo. Durante la campaña de reelección de Benjamín Netanyahu en Israel, los ataques directos sobre su persona solo lograron unir más a sus seguidores, quienes percibían estos ataques como intentos injustos de deslegitimarlo. En cambio, los esfuerzos que se centraron en ofrecer alternativas políticas concretas y viables tuvieron un mayor impacto en atraer a votantes indecisos.
El efecto búmeran es otro riesgo de los ataques directos. Esto ocurre cuando un ataque no solo falla en debilitar al oponente, sino que también daña a quien lo realiza. En las elecciones estadounidenses de 2016, los ataques constantes de Hillary Clinton hacia Trump sobre su temperamento y sus declaraciones escandalosas resultaron menos efectivos de lo esperado. En vez de disminuir su apoyo, estos ataques a menudo desviaron la atención de los problemas clave y reforzaron la percepción de que la campaña de Clinton estaba más centrada en descalificar a Trump que en ofrecer una visión positiva para el país. Lo mismo ocurrió en México con los ataques directos a Andrés Manuel López Obrador y a su candidata Claudia Sheinbaum, electa en 2024.
Así que, contrario a una potencial salida del diputado Jorge Cálix del Partido Libre, una táctica más efectiva que podría seguir, es la construcción de coaliciones amplias y diversas que pueden socavar el poder del animal político desde dentro. Esto implicaría un enfoque menos confrontativo y estratégicamente más inclusivo. De no efectuar esto y no afianzar el liderazgo a lo interno de Libre, la derrota ante Rixi Moncada será anticipada y se quedará vendiendo “gato por liebre”. Así que con esto y con nueve escenarios muy claros, nos vemos en el futuro.
*[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias y director general de MacroDato. Posdoctorado IIESS-CONICET.