Musk v. Soros

Por: Lorenza Durón

La expresión ”Follow the money” o “siga el dinero” fue popularizada en la película “Todos los Hombres del Presidente” de 1976. Es la frase que el sombrío informante del estacionamiento desierto y oscuro dice al reportero del Washington Post en su primera reunión clandestina y que ayudó a desentrañar el misterio tras el asalto en el Hotel Watergate. Investigar los flujos de dinero predice con considerable certeza las verdaderas motivaciones o relaciones detrás de ciertos actos o decisiones. Tanto a los detectives como a los veedores sociales les es útil como filtro de análisis para separar el trigo de la maleza en la era de la desinformación.

Esta columna de opinión pretende eso mismo, separar los verbos de los adjetivos, la persuasión y el amor de la manipulación y las pasiones, respectivamente. Un buen lente mejora la resolución de lo observado. Se ajusta con frialdad. En otros artículos se hace referencia a algunos parámetros para examinar falacias y sesgos que aparecen en los textos. Estos sirven de salvaguardas contra lo tendencioso, propagandístico o falso, así como a contextos que informan el criterio, la cultura y la memética. Insistiendo en la observación de conexiones o redes, se puede llegar a cernir tanto hasta el extremo de este titular que busca el ‘click’ o el ‘me gusta’ del amable lector.

Los grandes capitales que ejercen influencia en el mundo financian redes de socialización. Es sabido que George Soros y su fundación Open Society patrocina ONGs, institutos, think tanks, consejos asesores supranacionales, etc. que a su vez patrocinan importantes publicaciones, foros, encuentros, campañas políticas incluidas las de fiscales estadounidenses. Algunas de estas ONGs además reciben fondos públicos. Soros vive en Nueva York y ahora su hijo, Alexander, está al frente de estas fundaciones cuyo capital supera los 25 mil millones de dólares. Ha donado al menos sesenta millones de dólares a la campaña presidencial del Partido Demócrata, sin contar las que hace a diversos grupos con carga política. Empresarios de la innovación tecnológica y digital establecidos en Silicon Valley, entre ellos Elon Musk, también están ejerciendo su influencia y según lo anunció el presunto candidato del Partido Republicano, han donado doce millones a su campaña presidencial. Musk, quien ahora vive en Texas, ha recibido fondos públicos para las empresas Tesla y SpaceX. Aparte de las organizaciones que ha fundado, recientemente compró una red social en la que socializa o divulga lo que considera relevante y supone mantenerla abierta, pero con réplicas de la comunidad para señalar contextos y falsedades.

El ciudadano observador hará las conjeturas que correspondan.

*referencia en Zero to One, fragmento compartido en La Tribuna.