Por: Mario E. Fumero
El mundo vive expectante de las elecciones en para muchos países latinoamericanos, pero donde más llama la atención el proceso electoral es en la República de Venezuela, pues las mismas son una prueba de fuego para ver si en realidad se va a ver democracia en esta nación. Muchos dudan que, si gana la oposición, el actual presidente Nicolás Maduro acceda el poder, y quizás a última hora realice alguna trampa para no entregar su puesto, o que a última hora se inventen alguna tragedia o excusa para suspenderlas, o posiblemente, ya tenga fraguado un fraude electoral, usando para ello la tecnología, que tristemente se puede usar para todo, cuando la misma es manipulada por hacker.
Todos sabemos que el presidente Nicolás Maduro ha sido declarado por los tribunales norteamericanos como un narcotraficante, y hay una orden de arresto, así como una recompensa, por brindar información por su paradero de 15 millones de dólares, es por esa razón que para evitar ser capturado, Maduro se ha alejado de la escena internacional y sólo participar en foros donde tuviera asegurada su seguridad e impunidad, lo que representa para él un serio problema, si pierde las elecciones, porque sólo podrá ser protegido por sus aliados que son Rusia, Irán o China, pero no solo está él en peligro, sino también muchos de los que forman su élite de gobierno.
Considero que algo se está fraguando, porque según las estadísticas, la oposición se ha hecho muy fuerte, máxime con la prohibición continua que el régimen ha hecho para que ciertas figuras carismáticas no participen en la papeleta electoral. Además, llama la atención el hecho que el gobierno de Venezuela prohibió la supervisión de expertos de la Comunidad Económica Europea, y los organismos no oficiales evidencian que la oposición tiene una ventaja abrumadora sobre el gobierno.
Es una evidente realidad el fracaso de la ideología del chavismo, con su teoría del “socialismo del siglo 21”, pues en más de dos décadas de gobierno, no ha producido mejoras económicas, sociales ni políticas en el país, y según la agencia France Press (AFP) ha alcanzado una Inflación en el año 2023 de 193%, aunque en comparación con el año 2021 mejoró un poco, porque en ese fecha alcanzó una hiperinflación de un 686,4%, una de las más altas de América, con un índice de pobreza alarmante, así como una de las más alta migraciones de Latinoamérica, contándose por millones los ciudadanos que han salido del país.
Quiera Dios que el gobierno dé unas elecciones limpia y transparente, y que el pueblo pueda ejercer el sufragio de forma pacífica, y si ganara la oposición, los gobernantes accedan a dar el poder, con la esperanza de que Venezuela vuelva a ser lo que antes fue, uno de los países más ricos y prósperos de América Latina, pues tiene las mayores riquezas del continente, entre ellas el petróleo, además de muchos recursos naturales valiosos.
Está por verse si no hay una maniobra oculta para evitar las elecciones, pero me temo que, si el gobierno de Maduro ve que tiene las de perder, en su locura y desesperación, hagan alguna maniobra que pueda originar violencia, y se repitan los tristes hechos del pasado, que han ensangrentado y llenado de luto a muchas familias venezolanas. Solo nos resta orar a Dios para que ponga su mano, y el Todopoderoso permita que se celebren elecciones pacíficas y transparentes, como ha ocurrido en Argentina, Brasil, México, Guatemala, El Salvador, y otras naciones más.