Por: Fredis Mateo Aguilar Herrera
El concepto de paisaje, data de la antigüedad desde las culturas orientales, que tenían la percepción que era la mirada de un territorio determinado y que se expresaba por medio de la poesía o en signos figurativos. Esta noción de paisaje aún continúa teniendo vigencia en la actualidad y por tal razón como geógrafo investigador y amante del paisaje, demuestro interés y pasión por incursionar en la declamación al paisaje por medio de sus versos poéticos.
La concepción sobre el paisaje ha venido evolucionando progresivamente y específicamente en la época del renacimiento este concepto quedó ligado a las representaciones pictográficas de las vistas o panorámicas alcanzadas por las observaciones del artista y es debido a esto que por mucho tiempo de la historia las representaciones cartográficas de los territorios tenían dicha característica.
Ya adentrados a la época moderna, el paradigma epistemológico de paisaje interrelacionó el conocimiento científico y artístico. Es decir, se incorporó el raciocinio y las sensibilidades estéticas al momento de explicar la interacción de los fenómenos naturales y humanos de un determinado paisaje. Y por consiguiente para el estudio de la Tierra se combinó la ciencia geográfica, el arte, el conocimiento y emotividad.
Es importante destacar que el concepto de paisaje es polisémico y por tal razón tiene varias acepciones y por eso es motivo de estudio y aplicación no solamente exclusivo de la disciplina geográfica, sino también a otras ciencias afines. No obstante, la geografía, le ha dado mucha preponderancia a la interpretación del paisaje, desde tiempos de Eratóstenes, Heródoto, Thomas Skun, Horacio Capel y otros personajes que brindaron aportes, personalidad y continuidad a la historia geográfica del paisaje, por medio de su interpretación, diferenciación de formas y usos por la influencia humana sobre el medio natural y como resultado de la combinación de fenómenos sobre la superficie terrestre.
En su dimensión más específica el paisaje geográfico abarca indisolublemente elementos naturales, sociedad y cultura. La presencia humana en el paisaje natural se ha venido dando paulatinamente desde el origen de las civilizaciones. Dicha intervención humana se ha dado de manera colectiva sobre el paisaje natural a través de la explotación de sus recursos para hacer producir la tierra y construcción de infraestructura para organizar sus vida económica y social, situación que ha transformado y alterado negativamente el paisaje original y a la vez creado de forma homogénea o heterogénea en cuanto a su forma, tamaño, textura y colores un nuevo paisaje en correspondencia a la homogeneidad o heterogeneidad de la sociedad. La influencia humana sobre el paisaje, ha servido para el progreso de las poblaciones, pero por la falta de sostenibilidad ambiental, ligeramente esta invasión humana ha venido a impactar negativamente de manera irreversible.
Comprender el paisaje humanizado, conlleva a hacer lectura del grabado de las huellas, modos de vida, expresiones y actuaciones culturales de nuestros antepasados, asimismo poder hacer inferencias teóricas y metodológicas a nivel geográfico, con el propósito de poder predecir el futuro de estos paisajes creados. En combinación del paisaje y la poesía dedico con esmero los versos “Caminando los paisajes”. Caminando los paisajes, descubro mucha belleza, en exploratorios viajes, que brinda la naturaleza. Sueño con el encanto de la montaña, su brisa refresca con delicadeza, en una intrépida hazaña, a todos llena de grandeza. Mágicos paisajes pictóricos, en lugares hondureños y sus cruzadas heroicas atrapan nuestros ensueños. Dibujan la geografía, aquellos ríos hermosos, junto a su mitología, se vuelven muy misteriosos. Contemplo los caminos escabrosos, que conducen al pueblo escondido, con parajes maravillosos y con lejano recorrido.