Inteligencia artificial y empleos

Por: Rodolfo Dumas Castillo

La inteligencia artificial está posicionada para transformar de manera profunda la economía global, similar a revoluciones tecnológicas anteriores, como el motor de vapor que impulsó la revolución industrial o el internet que abrió las puertas a la era de la información. Esta transformación nos presenta una serie de desafíos y oportunidades que no podemos ignorar, especialmente en nuestro contexto. Se debe poner especial atención al impacto que podría tener esta tecnología en el mercado laboral que actualmente ya exhibe niveles extremadamente alarmantes de desempleo y subempleo, convirtiéndolo en el principal problema que enfrenta nuestro país.

Recientes estudios de Citi, Goldman Sachs y el Fondo Monetario Internacional nos sirven para comprender porque es urgente que Honduras adopte medidas proactivas para mitigar los efectos negativos de la IA y mantener su competitividad en Centroamérica. Según Citi, la IA podría aumentar las ganancias de la industria bancaria global en dos billones de dólares para 2028, mejorando la productividad y eficiencia a niveles sin precedentes. En el sector financiero, rico en datos, la IA puede automatizar tareas rutinarias, optimizar operaciones y permitir que los empleados se enfoquen en actividades de mayor valor agregado. Los bots harán el trabajo de miles de empleados, reduciendo la demanda de trabajadores, lo que resultará en salarios más bajos y menos contrataciones.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional estima que la IA afectará aproximadamente el 40% de los empleos a nivel mundial, con un impacto más significativo en las economías avanzadas debido a la prevalencia de trabajos orientados a tareas cognitivas. En estas economías, se espera que el 60% de los trabajos estén expuestos a la IA, lo que podría aumentar la desigualdad, ya que algunos trabajos serán reemplazados por máquinas mientras que otros verán aumentada su productividad. La financiera Goldman Sachs coincide con estas predicciones al proyectar que alrededor de 300 millones de empleos a nivel mundial pudieran resultar afectados por la IA.

Para Honduras, una economía en desarrollo, los efectos inmediatos de la IA pueden no ser tan drásticos como en las economías avanzadas. No obstante, esto no debe ser motivo de complacencia. El FMI advierte que los mercados emergentes y las economías en desarrollo, aunque experimenten menos disrupciones inmediatas, están menos preparadas para aprovechar las ventajas de la IA. Esta falta de preparación podría exacerbar la brecha digital y la disparidad de ingresos entre países.

El desafío principal para Honduras será construir una infraestructura digital robusta y desarrollar una fuerza laboral capacitada en habilidades digitales. La adopción de la IA en sectores clave como la agricultura, manufactura y servicios podría mejorar significativamente la productividad y competitividad del país. Sin embargo, sin las inversiones adecuadas en educación y capacitación técnica, muchos trabajadores corren el riesgo de quedar desplazados.

Por estas razones es indispensable que Honduras haga inversiones extraordinarias en la formación de habilidades digitales y tecnológicas, incluyendo programas de reentrenamiento y educación continua que ayuden a los trabajadores a adaptarse a los cambios tecnológicos. Simultáneamente, se debe mejorar la infraestructura tecnológica para apoyar la adopción de la IA, especialmente mejorando el acceso a internet de alta velocidad y la implementación de tecnologías avanzadas en sectores clave.

Buena parte del proceso dependerá de la creación de un entorno favorable para los “startups” y empresas innovadoras que puede acelerar la adopción de IA y otras tecnologías emergentes. Sobre este tema ya hemos escrito ampliamente en artículos anteriores, detallando algunas de las reformas legales, de procedimientos administrativos y demás que son necesarias para lograr un ecosistema amigable a ese tipo de emprendimientos. Los avances son sumamente modestos, lo que demuestra que habrá que seguir insistiendo por este y otros medios.

En Honduras, la precarización del empleo ha sido un desafío constante. Sin embargo, ahora enfrentamos un reto mayor: el avance a toda velocidad y sin regulación de la inteligencia artificial. Es urgente prepararnos para aprovechar sus beneficios y mitigar sus efectos negativos. Necesitamos una inversión masiva en educación, infraestructura digital y políticas inclusivas para que Honduras no solo sobreviva, sino que prospere en la era de la inteligencia artificial. La inacción no es opción pues sus efectos serían catastróficos para todos.

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