Betancourt prepara su libro un año después del rescate

Bogotá, (EFE).- Un año después de ser rescatada por el Ejército, la ex candidata presidencial y ex rehén de las FARC Ingrid Betancourt vive alejada de Colombia, en pleno proceso de divorcio y ultimando un libro que todos auguran que será un «best seller».

Ingrid Betancourt
Ingrid Betancourt

Después de seis años cautiva, Betancourt fue liberada el 2 de julio de 2008 durante una acción militar encubierta, conocida como Operación Jaque, junto con los estadounidenses Marc Gonsalves, Keith Stansell y Tom Howes, y once policías y militares colombianos, algunos de los cuales pasaron más de diez años retenidos en la selva.

«Gracias al Ejército de mi patria, Colombia, gracias por la impecable operación, la operación fue perfecta», fueron las primeras palabras de la ex rehén cuando llegó liberada a Bogotá aquel día.

Betancourt, que fue el más preciado rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue secuestrada el 23 de febrero de 2002 en el selvático departamento de Caquetá cuando hacía campaña para las elecciones de aquel año, dos días después de la ruptura de las conversaciones de paz entre el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana y esa guerrilla.

Amigos y detractores reconocen que su secuestro fue fruto de casi una provocación, ya que las autoridades civiles y militares le recomendaron no acercarse a esa zona dominada por la guerrilla en un momento tan tenso.

Pero su carácter rebelde no le permitió escuchar los consejos y fue tomada como rehén junto con su compañera de fórmula electoral, la entonces candidata a la vicepresidencia Clara Rojas.

Ese tipo de «insolencias» las practicó durante sus años de cautiverio, según han recordado sus compañeros de secuestro en distintos libros publicados tras su liberación.

Los más duros han sido los estadounidenses Marc Gonsalves, Keith Stansell y Howes, quienes en su libro «Lejos del infierno» relatan cómo Ingrid protestó cuando ellos llegaron al campamento en el que se encontraron por primera vez porque, a su juicio, eso implicaba compartir el reducido espacio del que disponían los rehenes.

Los estadounidenses tachan a Betancourt de «egoísta e insolidaria» a la hora de compartir comida, ropa, radios y libros, artículos de primera necesidad en la jungla y que les permitían sobrevivir mejor en el infierno.

Clara Rojas, si bien ha sido discreta, ha reconocido que su relación con Ingrid se deterioró porque «no se comportó como una amiga».

Una vez liberada, Betancourt viajó a París, donde se encontró con sus hijos, y ha iniciado los trámites de su divorcio del publicista Juan Carlos Lecompte, con quien contrajo matrimonio en segundas nupcias en 1997 en la Polinesia.

Tras su rescate, la ex candidata presidencial inició una carrera de viajes por varios países, la recibieron mandatarios de América y Europa, incluso el Papa, y recibió varios premios, entre ellos el Príncipe de Asturias de la Concordia por su «dignidad» y «valentía».