José Cecilio del Valle, su correspondencia y un destino

Ismael Zepeda Ordóñez

En ocasión de celebrarse el 233 aniversario del nacimiento del célebre pensador de Centroamérica, es importante destacar el interés, escaso, ¡quizás!; que ha existido en Honduras por adquirir y divulgar la obra literaria y científica de José Cecilio del Valle. Desde la administración del abogado Juan Lindo, 1847-1852, el gobierno hondureño buscó hacer contacto con familiares para recibir en custodia los manuscritos e impresos pertenecientes a José del Valle, y crear un fondo documental en su memoria. Esos contactos no dieron resultados. Entre el período 1852-1872 se publicaron en el diario oficial varios de sus trabajos para resaltar el valor de su producción bibliográfica. En 1874 durante la administración de Ponciano Leiva, el Congreso Nacional autorizó la compra a la familia Valle-Valero de toda la correspondencia y manuscritos del abogado Valle e imprimirla por cuenta del Estado de Honduras en una colección su obra literaria.

Las vicisitudes políticas del momento impidieron la adquisición de los manuscritos e impresos de su padre, don José Cecilio del Valle. En diciembre de 1881, el presidente Marco Aurelio Soto comisionó al ministro general doctor Ramón Rosa para revisar y ordenar los manuscritos de Valle, y hacer una edición de mil ejemplares. Inmediatamente se autorizó al secretario privado, José Joaquín Palma, para hacer los respectivos contactos con los familiares del prócer, y proponerles la adquisición de los manuscritos. Los familiares de Valle dieron muestras de interés en llegar a un acuerdo, sobre todo porque ya tenían conocimiento de la contrata del gobierno con Francisco Durini en mandar a levantar una estatua de su padre en Tegucigalpa. Recordemos que ambos, Soto y Rosa, conocieron y trataron personalmente a los miembros de la familia Valle-Valero durante su permanencia en Guatemala, tanto en su condición de estudiantes como de funcionarios del gobierno de Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios. Cerrado el trato, los herederos de Valle remitieron una caja de las principales obras impresas, manuscritos y correspondencia epistolar del sabio.

La caja incluía, además, el manuscrito de una novela titulada “Palemón”. Este manuscrito fue retirado de la imprenta Porras en Antigua, en donde se tenía previsto imprimirla poco antes de la muerte de Valle en 1834. Otra joya fue el Atlas obsequiado por la Academia de Bruselas en 1832 por sus relevantes estudios sobre la vida natural del Reino de Guatemala. Todo el inventario fue pactado por la suma de 1,300 pesos entre el presidente Soto y las hermanas dolores y Mercedes del Valle-Valero en Guatemala. Estas mujeres, solteras por demás, habían sufrido pérdidas al colocar dinero a interés y sus deudores se declararon en quiebra, provocando una angustia en ellas por el inmediato y nada halagador futuro. La muerte de su hermana Juana aceleró la decisión. El trato comercial fue hecho por cuenta de Marco Aurelio Soto, por medio del banco colombiano, actuando como intermediarios los ciudadanos Manuel Rodríguez y Recaredo de Villar. Entre tanto, en La Gaceta número 187 del 20 de diciembre de 1882  empezó a publicarse la biografía de don José Cecilio del Valle escrita por el siempre recordado ministro general, don Ramón Rosa. Al concluir, abruptamente, la administración Soto-Rosa, mayo de 1883, no se encontraron restos del contenido de la caja de manuscritos y correspondencia de Valle.

Nadie dio información sobre ella. ¿Habrá sido incluida entre las pertenencias de Marco Aurelio Soto cuando partió, inicialmente a los Estados Unidos, y luego a París? Soto ya tenía claro el panorama sobre su destino personal y era, por otro lado, un coleccionista de objetos y documentos. Cuando se revisa el índice del contenido se asombra el lector de la abundante bibliografía, correspondencia y manuscritos inéditos incluidos en la compraventa. La última carta entre el presidente Soto y Manuel Rodríguez, intermediario, sobre el trato de la venta de los manuscritos, reza literalmente: “Señor Presidente de la República de Honduras.

El que suscribe, vecino de Guatemala y especialmente encargado por las señoritas doña Dolores y doña Mercedes del Valle, ante vuestra excelencia respetuosamente expongo: que a virtud del laudable empeño manifestado largo tiempo por V.E., respecto a la publicación de las obras inéditas del finado señor Lic. don José Cecilio del Valle, oriundo de esa República; sus hijas las señoritas nombradas, han resuelto poner a disposición de ese gobierno, tanto las obras publicadas por la prensa como los manuscritos que no han visto la luz pública.

Pero como las cenizas del señor Valle se encuentran aún en las bóvedas de San Francisco (iglesia), donde fue sepultado hace cerca de cincuenta años, sus hijas han deseado mucho tiempo trasladarlo al nuevo cementerio, donde debe construírsele un nuevo mausoleo de algún valor, para cuya obra esperan la cooperación de V.E. con la suma que antes de obra y por encargo de las mismas señoritas me he hecho el honor de indicarle. La disposición de guardar en el Archivo Nacional las obras originales del señor Valle, es muy del agrado de sus hijas, pues así se conservarán mejor. Suplico, pues, a V.E., se sirva resolver en el asunto lo que estime propio del caso, que siempre será gracia. S.P. de la R. de H. (Supremo Poder de la República de Honduras). (F). Manuel Rodríguez”.

Y la administración del doctor Policarpo Bonilla, 1894-1899, autorizó al licenciado Carlos Cáceres Bustillo la impresión gratuita en la Tipografía Nacional de los “Discursos de José Cecilio del Valle en el Congreso Federal de Centroamérica en 1826”, en un tiraje de 300 ejemplares. Todavía es tiempo que el Estado de Honduras cumpla su promesa de editar la obra completa de José Cecilio del Valle para que nuevas generaciones estudien su pensamiento y visión sin intermediarios, ni interpretaciones antojadizas. Es una promesa que la nación espera para sus nuevas generaciones.

Comayagüela, noviembre de 2010

NOTA:
1. Libros Copiadores del Supremo Gobierno de Honduras. Correspondencia al Secretario en el Despacho de Instrucción Pública. Carpeta No.16. Legajo 1882/31. Folios 142-153. Archivo Nacional de Honduras.
2. La Gaceta Periódico Oficial del Estado de Honduras. Número 1,542 del 14 de diciembre de 1897.
3. Ismael Zepeda Ordóñez. Choluteca. Historiador. UNAH. [email protected]