¡Al maestro con cariño…!

Comparto y vivo en carne propia los sufrimientos, riesgos, penalidades, angustias, olvido y pérdidas económicas de los pequeños y medianos agricultores y ganaderos de todo el país, especialmente de la zona sur. Concluyo ésto después  de tener vivencias  por más de 25 años con productores a lo  largo y ancho de nuestro país: Patuca, Río Tinto, Becerra, Jutiquile, Ocotepeque, Gracias, Lepaera, Las Flores, La Entrada, La Esperanza, Juajiquiro, El Aceituno, Coray, Olanchito, Yoro, El Negrito, ”La Empalizada”, Zopilotepe, El Plomo, Sulaco, Cuyali, Santa María,  Santa Bárbara, Quimistán, Cuyamel, Mangulile, Vivistorio, Quesailica, Cabañas, Santa Rita; en esta última Pancho Mica, hizo crecer en su mente y a los que los visitábamos uvas y manzanas…yo me comí unas de esas manzanas y uvas en su sueño…y en el mío…

El corto recorrido anterior da fortaleza, experiencia y fundamenta argumentos, de que en la  agricultura y ganadería exigen grandes sacrificios y que existe un desbalance entre esfuerzo y satisfacción. Especialmente cuando tenemos que reconocer que es  la actividad más riesgosa e antieconómica en nuestro país, encubierta por sentimientos y  acciones quijotescas y nobles para proveer alimento a nuestra población.  Contrariamente, somos permanentemente amenazados y afectados  por los factores de  cambios climáticos, el incremento de precio de los insumos (combustible, concentrados, etc.) ¡no tenemos bonos del estado! Como los del transporte que estacionan sus unidades y aun así se les favorece con el mismo, ¡corruptos!. Nada es favorable para nuestra actividad, porque los impactos no van aparejados con los precios de nuestros productos, ya que  la comercialización es manejada por coyotes de corbata: cárteles de la leche y artesanales, del arroz, del maíz,…políticas de gobiernos pajeras, manejadas por cocteleros y  trasnochados…

Aún con todas estas amenazas en contra del desarrollo nacional por nuestras mismas ineptitudes, que  soportamos  y aceptamos cualquier limosna, aparecen las chicharras con su suicidio, anunciando la entrada del invierno; los jocoteros acompañando la entrada de la primavera…las flores de las veraneras, del macuelizo, las acacias, el guácimo, el laurel; también el emplume de las chorchas, pericos, sinsontes, zorzales, etc. Todo el concurso de factores se une en un reducido tiempo, como para hacernos olvidar las agotadoras actividades que tuvimos que hacer para menguar los golpes reiterados del inclemente verano y gobierno.

Con sorpresa, alegría y  por circunstancias de la vida, en días recientes me encontré en un negocio de comidas rápidas, a mi maestro Matías Fúnez (Matiitas).  Aprovechamos los pocos minutos para recordar agradables e inolvidables momentos:…tiene una memoria fotográfica… ¿hace cuantos años no nos veíamos? Me interrogo rápidamente, al unísono los dos desenfundamos nuestras calculadoras…desde el 72…verdad? Pelamos los ojos…hace más de 40 años…!!! En ese momento confirmé que  la amistad y el respeto son valores perdurables que el tiempo no los borra. Entre risa y risa recorriendo el camino de  los recuerdos y complementado por sus chistes cortos “pues es bien económico hasta en la palabra”; de repente se acercó (retiradito) a nosotros, un señor de noble presentación, maduro y temeroso. Seguido de  un fuerte abrazo, le dijo: “no me acerco a vos porque está peligroso…”  Se despidieron…Seguidamente le consulté a Matiitas, ¿y esas palabras maestro?  Entonces  me comentó, que recientemente había sido nombrado en una tal comisión….al tiempo que lo felicité y le manifesté con sorpresa   ¿otra comisión?

Sin duda alguna este es el país de las comisiones, de los informes que los valoran por el número de páginas, o su peso en libras y que al final un perico desemplumado lo tira al cesto de la basura para  continuar viviendo en la impunidad, en la corrupción….apuré mi café  y me despedí con  un fuerte abrazo y deseándole éxitos en esa delicada y peligrosa misión.  Creo que como todos sus actos y acciones estará revestida de imparcialidad, valor, honradez y pretendiendo alcanzar  lo mejor para nuestro país y su población. En esos cortos momentos pude  recordar grandes vivencias de mi pasado; así como fortalecer mi pensamiento que posiblemente tengamos un mejor futuro… ¡ojalá lo vuelva a encontrar maestro….sorpresivamente!

Oscar Rolando  Matute Betancourt
Comalí, San Marcos de Colón, Choluteca
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