Origen y etimología de Tegucigalpa

Siempre he guardado un cariño especial por Tegucigalpa, capital de Honduras, ciudad en la que nací un día del año 1952. Conservo muchos recuerdos agradables desde mi infancia, que hacen sentirme identificado con su memoria y con sus bellos parajes circundados por montañas cubiertas de robles y verdes pinares.

La primera constancia histórica de la existencia de Tegucigalpa como poblado español, data del año 1578, cuando el campamento de mineros fue oficializado como Real de Minas, siendo establecida al año siguiente 1579, la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa, por las riquezas minerales del lugar.
En 1762 el Real de Minas de Tegucigalpa fue ascendido a la categoría de Villa, con el nombre de “Real Villa de San Miguel de Heredia de Tegucigalpa”, en 1821 Tegucigalpa recibió el título de ciudad, y en 1880 le fue trasladada la categoría de capital.

Hacia sobre 1920, la destacada novelista hondureña Argentina Díaz Lozano, en su elogiado libro “Peregrinaje”, escribía sobre la españolísima ciudad de Tegucigalpa: “Conocería después Nueva Orleáns, la populosa Nueva York, alegres y lindas ciudades del estado de Florida, París, Bruselas, Amberes, Hamburgo, Viena, Madrid y tantas otras ciudades del Viejo y Nuevo Mundo, pero en mi corazón persistiría siempre el cariño a la españolísima ciudad que era entonces, de calles andaluzas, de casonas románticas, de iglesias en penumbra, de jazmines del cabo, de poetas y soñadores”. Siendo este y muchos, los testimonios que nos hablan de Tegucigalpa como una ciudad digna de ser recordada.

En la mayoría de los documentos del siglo XVI, se habla de “Tegucigalpa” al referirse al sitio original donde se asienta el poblado de aborígenes. Gran parte de las fuentes sugieren que el origen y significado del vocablo Tegucigalpa, deriva del mexicano náhuatl, lengua del grupo de pueblos nativos nahuas de mesoamérica, que significa lenguaje claro y agradable. Todavía se discuten el origen etimológico y el significado exacto de Tegucigalpa, que están abiertos a diferentes interpretaciones.

El polígrafo mexicano Antonio Peñafiel, define Tegucigalpa como una corrupción de “Tecutli-cal-pa”, que significa “Señor en los Palacios Reales”. Los historiadores mexicanos José Dávila y Alfredo Barrera, contemplan que Tegucigalpa es del vocablo náhuatl “Tecuztlicaltipan”, que se traduce como “Lugar de Residencia de los Nobles”, o posiblemente del vocablo “Tecuhtzincalpan”, que significa “Lugar Sobre la Casa del Amado Señor o Cerro de Los Sabios”.

El escritor hondureño Heliodoro Valle, escribió que el nombre es Teguiazkalpa, que significa “La Región de los Cerros de los Venerables Ancianos”. La antropóloga hondureña Gloria Lara, propone que es una derivación de Teguzigalpa o Tecuzincalpan, que significa “En la Tierra del Pequeño Señor”.

El investigador guatemalteco Flavio Rodas, propuso que Tegucigalpa deriva de Totogalpa, que es una referencia a Tototi, vocablo náhuatl que significa Pájaro y/o Toncontín, que es otro vocablo náhuatl que identifica un baile o danza de los indios mexicanos de Yucatán. El lingüista americanista austríaco Rodolfo Schuller, propone que Tegucigalpa significa, “Lugar donde está La Casa de La Aurora”.

El historiador hondureño Mario Felipe Martínez, hace hincapié, que Tegucigalpa no puede significar Cerros de Plata, siendo incierto, como lo expresó el historiador Jesús Aguilar Paz, ya que los pobladores aborígenes ignoraban la presencia de yacimientos minerales en la región, habiéndose perdido en la historia quién o cuándo se determinó lo de Cerros de Plata (probablemente los españoles), sugiriendo Mario Felipe Martínez, que Tegucigalpa viene de la lengua lenca y significa “Lugar donde se reúnen los señores”.

El filólogo hondureño Alberto Membreño, descarta por completo el tradicional “Cerros de Plata” y argumenta que Tegucigalpa se deriva del vocablo Náhuatl “Teguycegalpa”, que significa “En el Lugar de las Piedras Puntiagudas”. Membreño defiende su interpretación haciendo apunte de que “Taguzgalpa”, era el nombre antiguo de la zona oriental de Honduras y cuyo vocablo significa “En Las Casas de la Tierra Amarilla”.

Finalmente, la historiadora y escritora hondureña Leticia de Oyuela, expresa que algunos de nuestros filólogos han valorado la etimología de Tegucigalpa, como “Lugar de las Piedras Pintadas”. Esto coincide con la descripción geológica de la zona que ocupa la actual capital de Honduras, cuyas canteras se caracterizan por sus piedras rojas, rosadas, verdes, amarillas y grises.

Las diversas interpretaciones enunciadas sobre el significado del vocablo Tegucigalpa, en su mayoría de la lengua náhuatl y también Lenca.

Curiosamente apuntan a lugares especiales y personajes especiales, al referirse a: “Señor en los palacios Reales”, “Lugar de Residencia de los Nobles”,“Lugar Sobre la Casa del Amado Señor o Cerro de Los Sabios”,“LaRegión de los Cerros de los Venerables Ancianos”,“En la Tierra del Pequeño Señor”,“Lugar donde está La Casa de La Aurora”,“Lugar donde se reúnen los Señores”,“En el Lugar de las Piedras Puntiagudas” y“Lugar de las Piedras Pintadas”.

Estas interpretaciones nos hacen percibir un lugar ideal con las características de Tegucigalpa, que por su clima con calidad de atmósfera de altura, su flora y fauna, abundantes fuentes de agua, esplendorosa aurora, de altiplanicies y montañas rocosas cubiertas de robles y verdes pinares y un firmamento azul purísimo. Realmente hacen de este, un sitio propicio para el arraigo y reunión de nobles, señores, venerables ancianos y sabios.

Leónidas Matamoros Suazo
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