El Pozo II

Un total de 12 privados de libertad, considerados los “meros toros” que imponían el terror en la Penitenciaría Nacional de Támara (PNT) fueron trasladados hacia el centro penal de máxima seguridad La Tolva, en Morocelí, El Paraíso, mejor conocido como “El Pozo II”.
Por su alta peligrosidad y riesgo para la sociedad fueron transportados en helicópteros de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), bajo fuerte resguardo militar y policial.
Según expedientes penitenciarios, los reos eran los más temidos por el resto de la población carcelaria de Támara, debido a que mantenían un control e imponían el terror contra todos sus compañeros por su historial criminal y los puestos jerárquicos que tienen dentro del crimen organizado.
La operación se llevó a cabo durante la mañana, siempre coordinada por parte del personal de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) y la Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios (FNCCP) y miembros del escuadrón élite Tropas de Inteligencia y Grupo de Respuesta “TIGRES”.

“FICHAS” Y “TORONES”

Los trasladados al centro penal de “El Pozo II” son: Ramón “Moncho” Cálix, Lucio Rivera, Wilmer Escoto, Alexander Mendoza, Jairo Orellana Recinos, Jorge Velásquez Paz, Víctor Manuel Fúnez, Rafael Méndez, Aral Josep Cárcamo, Carlos Miranda, Ángel Ramírez y Raúl Martínez.
En el caso de Ángel Ramírez y Raúl Martínez eran los encargados de darle seguridad personal a su compañero de módulo, Lucio Rivera. Además, autoridades indicaron que los dos primeros eran los encargados de ordenar crímenes y extorsión a dueños de transporte urbano y a locales comerciales.
Por su parte, el privado de libertad Rafael Méndez, es de los catalogados al interior de ese centro penal como uno de los reos de alta peligrosidad por su historial criminal y porque siempre busca la forma de seguir ordenando la ejecución de hechos criminales desde el interior de los presidios.
Ramón Cálix, es ampliamente conocido como simpatizante de la Mara Salvatrucha (MS-13), y no solo gira órdenes desde adentro, sino que también ha logrado convertirse en un jefe al interior de ese centro y eso le ha permitido dar instrucciones en contra de sus propios compañeros.

“EXTERMINADOR DE PANDILLEROS”

Ramón Cálix, más conocido como “Moncho Cálix”, es considerado un privado de libertad de alta peligrosidad, por haber cometido varios delitos dentro de las cárceles, como asesinatos e intentos de homicidio. A “Moncho Cálix” se le conoce como el “exterminador de pandilleros” por su reconocido y declarado odio contra los pandilleros de la 18.
Para el caso, el pasado 18 de abril del 2013, “Moncho Cálix” protagonizó un atentado dentro de las celdas de máxima seguridad de la Penitenciaría Nacional o cárcel de Támara, cuando con un revólver calibre 38 atacó a tiros a tres miembros de la pandilla 18, entre ellos dos cabecillas de esa estructura criminal.
Otro de los removidos es el privado de libertad, Lucio Rivera, quien es conocido como uno de los “toros”, porque desde que guarda prisión formaba parte de una banda criminal, encargaba de traficar armas. Este año se le han decomisado pistolas de alto calibre y usaba las instalaciones de la panadería de Támara para esconderlas, informaron.

“TORÓN” DE “CASA BLANCA”

De igual manera, las autoridades penitenciarias con personal militar y policial movilizaron a Wilmer Escoto, considerado como el jefe del módulo conocido como “Casa Blanca”.
De acuerdo con el historial penal, Wilmer Escoto, luego de todos los traslados de reos realizados por el actual gobierno se había convertido en una autoridad en el módulo “Casa Blanca”.
Desde ese predio penal, Escoto giraba órdenes para realizar extorsiones, aún a sus propios compañeros de presidio que guardan prisión por el delito de extorsión.
Por su parte, los reos Alexander Mendoza, alias “Porky”; Jairo Orellana Recinos, conocido como “Sony”; Jorge Velásquez Paz, alias “Chacarrón”, forman parte de los “jefes de jefes”, de la MS-13, y tienen un “rosario” de actos violentos.
Estos tres privados de libertad fueron ya condenados a 20 años de prisión y operaban en varios sectores de San Pedro Sula. En el caso de “Porky”, ya se le aseguraron varias propiedades y empresas.

SOLO “TORONES”

En el caso de Víctor Manuel Fúnez, es conocido con el alias de “Toreto”, ligado al tráfico de drogas y trasiego de armas para los diferentes grupos criminales.
Por su parte, el privado de libertad Carlos Miranda, alias “Pantera”, es miembro del crimen organizado. Y el último es Aral Josep Cárcamo, que posee un amplio cartel delictivo de alta peligrosidad y de ejecutar acciones ilegales en colaboración con miembros de “maras” y pandillas y otros grupos criminales.
Antes de abandonar las instalaciones del centro penal de Támara, al igual para ingresar a la cárcel de “El Pozo II”, a los 12 privados de libertad se les pasó por el escáner y se procedió a inmovilizarlos, de pies y manos, para medidas de seguridad en su vuelo por medio de los helicópteros.
Con el registro computarizado se descartó que los “torones” llevaran escondidas drogas, armas u otros objetos prohibidos.
Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), informaron que este traslado obedece al cumplimiento de la Ley del Sistema Penitenciario, que indica que las personas privadas de libertad de alta peligrosidad deben permanecer en cárceles de máxima seguridad para mantener el orden y control en los centros penales.
 

PRESIDENTE JOH “Reos de alta peligrosidad a las cárceles de máxima seguridad”

“Quiero dejar claro que no podemos regresar a los tiempos del pasado, donde los privados de libertad hacían lo que querían desde las cárceles”, advirtió ayer el Presidente Juan Orlando Hernández, tras destacar el exitoso traslado de 12 peligrosos reos de la cárcel de Támara a la prisión de máxima seguridad de La Tolva o “El Pozo II”, en Morocelí, El Paraíso. Los 12 reclusos fueron trasladados vía aérea. “Tenemos que ser enérgicos; el que es peligroso va a una cárcel de máxima seguridad”, señaló el titular del Poder Ejecutivo, al tiempo que subrayó que “la construcción del nuevo sistema carcelario va en curso, por lo que es necesario desmantelar todas aquellas zonas de privilegio”. “En ese sentido, siguiendo con la construcción del nuevo sistema carcelario, se ha decidido que los privados de libertad más peligrosos estén dentro de las cárceles de máxima seguridad, sin excepciones”, precisó. “Todos están relacionados a maras y pandillas, a bandas criminales que se han dedicado a ordenar múltiples asesinatos, a extorsionar, a traficar con armas y drogas”, detalló el mandatario. Señaló que los reclusos trasladados “eran los más temidos en Támara y por eso se decidió moverlos; además, tenían mucha autoridad sobre el resto de la población penitenciaria, enviando órdenes desde las cárceles hacia afuera”. CÁRCELES RELAJADAS El gobernante expuso que “en Támara han existido módulos sumamente relajados y a veces por esos temas históricos es que privados de libertad de alta peligrosidad estaban donde no tenían que estar y eso produce su impacto en la criminalidad afuera de las cárceles”. Asimismo, explicó que debido a lo anterior se planificó la operación de traslado de estos presidiarios de la Penitenciaría Nacional de Támara a la cárcel de máxima seguridad de La Tolva. Además, reconoció el alto riesgo de la operación debido a que “estaba dedicada a reubicar a 12 cabecillas del crimen organizado en el país, quienes se caracterizan por su alto nivel de peligrosidad”. “Quiero felicitar a Fusina (Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional) y a la nueva Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios, al igual que a la Fuerza TIGRES y a la Policía Militar del Orden Público (PMOP), por el éxito de esta operación”, reconoció. En la operación también participaron la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas y la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), que proporcionó los helicópteros para efectuar el traslado. LLAMADO AL PODER JUDICIAL Hernández apuntó que se debe mejorar la relación entre el Poder Judicial y el Ejecutivo para armonizar las órdenes de los jueces con el régimen carcelario. “La Ley del Sistema Penitenciario indica que las personas privadas de libertad de alta peligrosidad deben estar en las cárceles de máxima seguridad, pero a veces ocurre que por orden judicial van, en este caso, a Támara”, explicó. “Pero Támara significa un concepto bastante amplio y pueden estar en módulos internos, sumamente relajados, ordenando, ejecutando delitos; en ese sentido, la regla es: si es peligroso, tiene que ir a una cárcel de máxima seguridad”, enfatizó. “Aquí quiero pedirle de manera respetuosa al Poder Judicial que podamos estar coordinados en esa parte, porque si sale una sentencia que va a ir a cumplir un individuo, siendo peligroso, a un lugar donde va a estar en condiciones de mínima seguridad, obviamente que podemos estar a las puertas de que se nos vuelva a degenerar el sistema penitenciario”, presagió. Hernández detalló que ya se giró una comunicación a las máximas autoridades del Poder Judicial para poder ser más efectivos en esta coordinación. En las cárceles, añadió el gobernante, “también tenemos un sistema de rotación para que, una vez que (los reos) están tratando de organizarse, inmediatamente los podamos neutralizar por la vía de traslados y también las inspecciones sorpresa para poder encontrar cómo están operando». “Estamos viendo una enorme presión por montar otra vez sistemas de comunicación satelitales en las cárceles y eso es señal de que en efecto estamos avanzando”, agregó. “Y miren cómo estas decisiones ya tienen su impacto: tenemos estos primeros meses del año en un promedio de poco más de ocho homicidios por día, cosa que antes era imposible, porque antes eran 30, y en ese sentido vemos cómo estamos avanzando”, comparó.

DATOS

• Los privados de libertad deberán adaptarse a los mecanismos de control del establecimiento penitenciario. • Al menos 3,000 internos permanecen en las cárceles de máxima seguridad “El Pozo I y II”. • Se cuenta con una población de 21 mil 163 privados de libertad.

REUBICADOS ERAN LOS MÁS TEMIDOS DE TÁMARA

Los “cabecillas” o “torones” del crimen organizado fueron trasladados en helicópteros por su alto grado de peligrosidad. • Un total de 12 privados de libertad fueron movidos bajo fuertes medidas de seguridad. • Todos están sentenciados por formar parte de “maras” y pandillas, ordenar asesinatos y extorsión, y traficar armas y drogas. • Dentro de la cárcel seguían buscando la forma de enviar órdenes hacia fuera de ese centro.