A las 6:00 de la mañana de ayer, policías y militares ejecutaron un fuerte operativo en el centro de menores Renaciendo, en Támara, al norte del Distrito Central, encontrando 11 armas cortopunzantes, municiones y teléfonos celulares, informaron las autoridades.
Agentes de la Tropa de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad (TIGRES), del Comando de Operaciones Especiales (Cobras), de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), del Instituto Nacional Penitenciario (INP) y de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), con perros entrenados para detectar armas y drogas, les cayeron por sorpresa a los menores internos en la correccional.
La acción la emprendieron las autoridades de la Secretaría de Seguridad, junto a las de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis), después que la madrugada del jueves anterior, los integrantes de la pandilla 18 quisieron darles muerte a los miembros de la banda “Los Chirizos”.
Al no poder interceptar a ninguno de sus rivales, los jóvenes decidieron prenderle fuego a los módulos y luego fueron obligados a regresar a su espacio donde mantiene el control y se presumen que esconden armas de fuego, según informaron las autoridades.
Fotografías a las que tuvo acceso LA TRIBUNA, muestran el estado de destrucción en que quedaron los módulos asignados para “Los Chirizos”, sumamente quemados.
Los agentes fueron acompañados por fiscales de la Fiscalía Especial de la Niñez, del Ministerio Público (MP) y organizaciones de derechos humanos, como el Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (MNP-Conaprev) y el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh).
POR MÓDULOS
Bajo cierto grado de hermetismo, policías y mílites entraron a las 8:00 de la mañana y por cualquier emergencia tenían una tanqueta y ambulancias de la PMOP, tocando así los portones del módulo de los jóvenes de la 18, quienes abrieron sin oponer resistencia.
Los simpatizantes de la organización ilícita fueron sacados en grupos de cinco al amplio patio, ubicado frente a la entrada de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), donde eran resguardados por los elementos del orden.
Al despejar la zona los efectivos del Batallón Canino ingresaron con los perros entrenados en busca de armas y drogas a cada una de las celdas del módulo de la pandilla 18, encontrando a simple vistas áreas destruidas, pese a que recientemente fueron remodeladas.
Con algunos de los frágiles hierros de balcones y materiales de construcción que han dejado en el área, los menores habían fabricado armas, es decir que de alguna forma le hicieron punta a las varillas de hierro y les colocaban pedazos de tela para que funcionaran como arpones.
Asimismo, los perros policías detectaron varios proyectiles de arma nueve milímetros, sin embargo las pistolas no fueron halladas en los predios, pese a que se llevaron toda la mañana en su búsqueda.
VENTA DE DROGAS
Aunque los perros olfatearon todo el lugar, los elementos policiales no lograron encontrar drogas en los módulos, pero sí una nota con datos de cuentas y algunos residuos de marihuana, ya que al parecer desde Renaciendo les venden estupefacientes a las reclusas de la PNFAS.
Uno de los agentes policiales refirió que posiblemente los menores de la 18 al ver los contingentes de seguridad pasaron la droga y las armas a la cárcel de mujeres, donde también hay internas de su pandilla.
La fuente explicó que no pudieron entrar a la PNFAS, ya que necesitan una orden de las autoridades correspondientes, además de una previa planificación, ya que se presume sobre que haya colusión entre algunas internas con los infractores de Renaciendo.
En la operación, además, se encontraron cinco teléfonos celulares, cargadores, cortaúñas y reglas con clavos que luego son utilizadas como armas para agredir a sus rivales.
Asimismo, se constató la existencia de varios orificios, uno que daba hacia los módulos donde están “Los Chirizos” y otro a la PNFAS, además de la destrucción de otras áreas controladas por los jóvenes, donde también hay cámaras de seguridad, pero el monitoreo no es posible por la inseguridad del lugar, indicaron los custodios.
Antes de volver a ingresar a los jóvenes, los elementos procedieron a resanar las áreas que han sido destruidas con el fin de evitar que sigan en el intento de quitarle la vida a “Los Chirizos”.
DERECHOS
La jefe de la Unidad de Monitoreo, Investigación y Seguimiento de Casos del MNP-Conaprev, Mildred Meléndez, refirió que los jóvenes no se opusieron a la requisa y que esta vez las autoridades no cometieron abusos contra los menores.
Recomendó que la mejor salida es separar a los menores de los diferentes grupos en módulos donde ninguno pueda tener acceso a los otros y trasladar el centro a un lugar más seguro y que reúna todas las condiciones necesarias.
A la iniciativa se suman los encargados de la seguridad de la correccional, sin embargo dijeron que eso está en manos de las autoridades superiores, pese a que las revueltas están a la orden del día.
Los integrantes de la pandilla 18, un total de 82, no quieren tener a la vista al grupo de “Los Chirizos”, ya que en agosto del año anterior, estos le quitaron la vida a tres de sus integrantes cuando intentaron atacarles, según se informó.
La directora de Renaciendo, Xiomara Ruiz, indicó que desde que se registró la nueva revuelta se han mantenido reuniones con el fin de tomar una decisión sobre las medidas que ejecutarán para evitar que se registre otra tragedia.